La escritora fue una de las embajadoras del Año Internacional Hans Christian Andersen en 2005. 
Allende fue galardonada en Dinamarca por su "narración mágica" y su talento para "hechizar" al público. Sucederá en el palmarés a la británica J.K. Rowling.


Ccs. 28 Junio. (Enfoques365).- La escritora chilena Isabel Allende ha sido galardonada con el premio Hans Christian Andersen de literatura, informó este martes la fundación privada que lleva el nombre del célebre escritor danés y otorga la distinción. 

La escritora chilena Isabel Allende añadió hoy un nuevo laurel a su trayectoria, un galardón codiciado en el mundo de las letras, el Premio Hans Christian Andersen de Literatura, cuyo solo nombre es una reverencia.
El anuncio lo hizo la fundación privada que honra al creador danés y se entrega a quienes de alguna manera estén vinculados con la obra de un hombre devenido paradigma de todos los tiempos, quien bebió en las fuentes de la tradición oral de su pueblo, en sus leyendas ancestrales transmutadas en el oro puro de la literatura.
Dinamarca, mi patria, es un país poético, afirmaba, lleno de leyendas populares, viejas canciones, con una historia muy rica en acontecimientos notables y muy unida a la de Suecia y Noruega.
Al argumentar su fallo, el jurado destacó el talento de Allende para "hechizar" a sus lectores y la corriente mágica que sostiene su narrativa, alimentada de la realidad vivida, de las fabulaciones asociadas a su mundo familiar cotidiano.
Dotado con 500 mil coronas danesas, equivalentes a unos 95 mil dólares, el premio rebasa en mucho el aval monetario por la aureola de consagración que lleva consigo y su recuerdo de un escritor cuyo legado forma parte de todos.
Embajadora, entre otras personalidades, del Año Internacional Hans Christian Andersen -organizado en ocasión del bicentenario de su natalicio-, Allende es la segunda mujer en merecer esta distinción, que recibirá en Odense, la ciudad natal del escritor, ubicada en el centro de Dinamarca.
Su antecesora fue, en 2010, la británica J.K. Rowling, autora de la saga infantil Harry Potter.

Fuente Notimex Madrid, España.-
La escritora chilena Isabel Allende presentó aquí su nuevo libro 'El cuaderno de Maya', en el cual aborda el sufrimiento de una joven de 19 años por la fractura familiar, sus problemas con las drogas y el cambio de vida.
En el marco de la Feria del Libro de Madrid, la autora nacida en 1942 y residente en California, Estados Unidos, comentó que su nueva novela 'no es un mensaje a los jóvenes ni un libro de autoayuda', sino una historia de una realidad actual.
La joven 'Maya' cambia de vida cuando en medio de la desintegración familiar que origina la muerte de su abuelo, se ve envuelta en una tragedia en Berkeley, California, y su abuela, a la que llama 'Nini', la manda a la isla de Chiloé, al sur de Chile, donde escribe lo vivido en el último año.
Allende aseguró que en el personaje de 'Maya' no hay nada de ella, aunque ciertamente pensó que podría ser su nieta la que podría vivir una historia similar, pues nadie está exento de caer en las drogas.
Sobre ello, la también autora de obras como 'La casa de los espíritus' expuso que se basó un poco en los hijos adoptivos de un amigo suyo en Estados Unidos, que han crecido siendo adictos y no han podido hacer una vida normal.Afirmó que, en todo caso, ella se identifica más con la abuela, tanto por su realidad de tener varios nietos, como por algunos rasgos que la identifican con 'Nini'.
La escritora consideró que ello es muy común en el mundo actual de los jóvenes, quienes además de la incomunicación generacional que tienen con sus padres ahora suman más poder, porque mucho de la cultura de la moda se dirige a ellos.
No obstante, reconoció que hay falta de espacios y empleos para los jóvenes, porque la economía y la sociedad 'mantienen una estructura del siglo XIX', lo que causa descontento por no encontrar su lugar en ese sistema.

María Elena Walsh en Buenos Aires, el 14 de febrero de 2008, al recibir el saludo de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de KirchnerFoto Reuters
Periódico La Jornada

Buenos Aires, 10 de enero. Esta noche, en cualquier lugar del mundo, alguien estará cantando a su niño una canción de María Elena Walsh, dijo el músico uruguayo Rubén Rada definiendo la universalidad de esta escritora, poeta, música, ensayista, cantante, creadora de personajes entrañables que volaron por el planeta en sus canciones, y que murió hoy aquí, después de una larga enfermedad.
Nunca complaciente, la autora de Manuelita, la tortuga, la que vivía en Pehuajó y que sigue siendo favorita entre los niños de hoy, como lo fue en los años 70, o la Mona Jacinta, personajes que tomaron vida en dibujos animados y en la imaginación de los niños, supo jugar con la ironía en sus libros para adultos, y también rebelarse contra la censura dictatorial.

Su legado literario alcanza más de 40 títulos, pero esto nada dice sobre el sorprendente y luminoso hecho de su vigencia actual en todo el mundo. "Me sorprende llegar a un país de América Latina y escucharme a mí misma en las calles, en las casas, o en las voces de los cantantes locales. Es ese milagro de volar que tienen mis personajes que viven por sí mismos", me dijo alguna vez, al regreso de un viaje que la conmovió mucho.
"Como la cigarra" de María Elena Walsh cantada por Mercedes Sosa: 
También habló de la ternura que eternamente le reclamaba a su sensibilidad en gestos inolvidables."Cuando esos personajes entran a mi vida vienen cargados de amor y se inventan a sí mismos, me rondan con ternura hasta que los dejo salir". Hija de un trabajador ferroviario irlandés que tocaba el piano y cantaba siempre para su familia las canciones de su tierra, y de una madre descendiente de andaluces, amante de la música y la naturaleza, María Elena reconocía la influencia de ambos en su vida.
"Las canciones inglesas tenían un contenido especial en las letras, los juegos ingeniosos de las palabras. Y eso fue muy importante para lo que yo escribiría después. Entendí por qué Jorge Luis Borges se había sumergido tanto en la literatura británica."
Herencia maravillosa
María Elena Walsh nació el primero de febrero de 1930 en el bello municipio de Ramos Mejía, al oeste de esta capital, en la provincia de Buenos Aires; "Mi padre me dio su mundo y la nostalgia de su tierra, y mi madre la gracia de los andaluces, de los cuales descendía. Amaban ambos la naturaleza y por eso yo sabía escuchar los pájaros y otros sonidos ligados siempre con la música". Así contaba esa "herencia maravillosa" de su familia que buscaba la armonía en una casa llena de flores, pájaros, gatos y árboles "susurrantes".
Publicó su primer libro de poesía, Otoño imperdonable, a los 17 años, en 1947, cuando estaba terminando sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes y ya entonces fue reconocida en su municipio natal y por escritores locales y del mundo. Allí ya se vio que esa joven poeta tenía una manera ingeniosa de mirar la vida, rebeldía y personalidad.
También llamó prontamente la atención del poeta chileno Pablo Neruda y del español Juan Ramón Jiménez, quien la invitó a visitar Estados Unidos en 1949. Mundos disímiles que en ella convergían.
En los años 50 se fue a París junto con la folclorista tucumana Leda Valladares, otra de las figuras inolvidables de este país, quien le enseñó a tocar instrumentos autóctonos y a mirar hacia ese "interior mágico" que tanta influencia tendría en sus trabajos. "No digo que me exilié, pero hubo cambios después que murió Eva Perón, y me fui un tiempo".
Había publicado Baladas con Ángel y en la atmósfera parisina que siempre la atrajo comenzó a escribir sus canciones para niños. En los años 60 publicó uno de sus libros más recordados y más vigentes hoy, El reino del revés, y luego fueron surgiendo, "como de un sombrero de mago, porque no entiendo mucho como sucede", dijo ella misma de sus Cuentopos de Gulubú, Hecho a mano y Juguemos en el mundo. Y libros como Tutú Maramba, Canciones para mirar, Dailan Kifki y Novios de Antaño. Entre 1952 y 1956, cantó en varios lugares de Francia con Leda Valladares.
"En sus novelas y cuentos infantiles y para adultos, en sus canciones que atraviesan a varias generaciones de argentinos, en sus obras de teatro, en sus guiones para cine y televisión, subyace, siempre, su irremediable condición de poeta", escribió Ezequiel Martínez, en La Nación.
También se definió a sí misma como cupletista, al referirse a "las mujeres con hermosos vestidos fruncidos y con volados que cantaban canciones populares y también picarescas".
Sus poesías, libros y canciones revolucionaron la literatura infantil en el país y tuvieron una fuerte influencia en la región y en el mundo. Atrás quedó el estilo moralizante de los cuentos y en su lugar colocó la imaginación, los juegos de la palabra y otros sonidos.
Inhumación en La Chacarita
En 1979, en plena dictadura militar, María Elena Walsh publicó un artículo que se refería a la feroz censura y persecución estatal. En 1985 fue designada por el entonces presidente Raúl Alfonsín como integrante del Consejo para la Consolidación de la Democracia, cargo que desempeñó hasta 1989. En 1991, el gobierno de Carlos Menem había esbozado la posibilidad de imponer la pena de muerte. Ella escribió entonces: "Cada vez que se alude a este escarmiento, la Humanidad retrocede en cuatro patas".

Ana María Matute: "El que no inventa no vive"

La escritora recibe de manos de los Reyes el Premio Cervantes, máximo galardón de las letras hispanas
Más breve, menos erudito, más cercano y sincero que discursos precedentes, el de la escritora Ana María Matute este mediodía en Alcalá de Henares, a la hora de recoger el premio Cervantes, ha calado en los asistentes. En presencia de los Reyes, el presidente del Gobierno y otras autoridades, esta frágil señora de 84 años ha desplegado una férrea y bella defensa de la invención como valor supremo en la vida. "El que no inventa no vive", ha aseverado Matute con convicción. Ella es la tercera mujer que recibe el galardón más prestigioso de las letras hispanas. Desde que fuera fundado hace tres décadas, también lo han recibido la filósofa española María Zambrano y la poeta cubana Dulce María Loynaz.
La cercanía de las palabras de Matute quizá ha quedado reforzada por el hecho de que la escritora no haya subido a la solemne cátedra plateresca del paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. Sentada en una silla de ruedas, junto a una mesa baja, un halo de intimidad y ternura ha envuelto a las palabras de Ana María Matute mientras esta trazaba un ágil relato de su relación con la literatura: "la mía es una vida de papel".
La capacidad de ficcionar ha servido a Matute de abrigo en una existencia a la intemperie: "La literatura es el faro salvador de muchas de mis tormentas". Vivió la guerra civil con 11 años, cuando conoció "el terror y el odio" y el mundo se volvió de repente "del revés". Ingresó entonces Matute en "la generación de los niños asombrados" y comenzó a comprender la importancia de los textos que arrancan con un "érase una vez...". Matute, en su tierno discurso, ha salido en defensa también del cuento como género mayor.
La ficción funciona para la escritora catalana como territorio de salvación, una suerte de santuario donde parapetarse y en el que los personajes en cierta manera protegen al lector. "Si algún día se encuentran ustedes con mis historias, con mis criaturas, créanselas, porque me las he inventado", ha concluido Matute.
El Ministerio de Cultura concede el Premio Miguel de Cervantes, dotado con 125.000 euros, "a los escritores que contribuyen con obras de notable calidad a enriquecer el legado literario hispánico". Se otorgó por primera vez en 1976 a Jorge Guillén y, con el de este año, han sido 34 los autores galardonados. En 1979 el Premio recayó exequo en Jorge Luis Borges y Gerardo Diego.
http://www.elpais.com/articulo/cultura/escribir/soy/nada/elpepicul/20110426elpepicul_7/Tes Foto: Ángel Díaz(AP)

Agencia AFP
Michelle Bachelet actual directora ejecutiva de ONU-Mujer denunció una epidemia mundial de violencia contra la mujer, en un debate en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU este viernes en Ginebra.
“Es amplia, persistente, global, omnipresente (…) una epidemia como la del VHI-Sida”, estimó Bachelet al referirse a la violencia contra la mujer en el mundo, durante un discurso improvisado a modo de conclusión tras escuchar las opiniones de diversos Estados y Organizaciones No Gubernamentales (ONG) sobre el tema.
“La mejor forma de luchar contra esa violencia es ‘matarla en el huevo’” (…) esa forma de violencia está condicionada por la cultura y puede entonces modificarse (…) la prevención es una orientación estratégica esencial (…) hay que empezar con la infancia y la educación de la niñas”, propuso Bachelet.
“¡Que no haya impunidad para los autores de delitos contra las mujeres y que (ellas) tengan un acceso real a la justicia!”, exclamó Bachelet, quien invitó asimismo a los gobiernos a legislar contra la mutilación genital y el matrimonio precoz.
“La igualdad de género significa que a las mujeres se les deben garantizar sus derechos”, precisó Bachelet, quien tiene rango de secretaria general adjunta de la ONU para dirigir “ONU-Mujer”, desde el 14 de septiembre de 2010.
“En las situaciones post-conflicto no se ve como víctimas a las mujeres que hayan padecido violencia sexual”, subrayó.
Anunció también la puesta en marcha en la ONU de un plan para preparar mujeres como mediadoras de conflictos.
“Las mujeres deben participar y alcanzar autonomía política y económica, si no las tienen, pierden la independencia”, afirmó Bachelet.
“A mi juicio todas las instituciones en el mundo están maduras para que pueda haber una mujer a cargo, si es que tenemos una mujer con las competencias, las capacidades y el compromiso con las tareas de la institución”, respondió Bachelet a la pregunta de la AFP si el Fondo Monetario Internacional (FMI) estaba maduro para ser dirigido por la francesa Christine Lagarde.
En cambio, evitó responder a una segunda pregunta de la AFP sobre el caso del ex presidente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, acusado por la justicia estadounidense de agresión sexual contra una camarera en un hotel de Nueva York, el 14 de mayo pasado. “Me tengo que ir”, dijo, y se fue.
CLAVES: Consejo de Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ONG, ONU, Violencia

El Día Internacional de la Mujer se celebró marcado por el creciente papel femenino en los cambios que se viven en el mundo islámico. La expresidenta chilena acaba de asumir el reto de dirigir el órgano global para la igualdad
Sostenía el periodista Ryszard Kapuscinski que los cínicos no sirven para este oficio, el de contar historias en las que la miseria humana generada por guerras, hambre o desigualdades tiene un papel protagonista. Nadie ha sufrido tanta injusticia, tanta violencia y tan poco reconocimiento durante los siglos como las mujeres, a las que Naciones Unidas dedica desde enero una entidad con nombre propio, porque con el correr de los años no se ha acabado el maltrato, el olvido y la invisibilidad a la que es sometida una parte muy importante de la mitad de la población mundial.
"Sin libertad económica las mujeres no tendrán libertad"
Los más cínicos o de vuelta de todo pensarán que cómo se puede avanzar en la causa de los derechos de las mujeres cuando en el Comité Ejecutivo de ONU Mujeres están países como Arabia Saudí, Pakistán o Congo, donde la población femenina no puede hacer algo tan rutinario como conducir un coche, como es el caso del primer país citado -y por no mencionar lapidaciones o crímenes de honor-. "Si trabajáramos solo con los convencidos no estaríamos haciendo nuestro trabajo", sentencia Michelle Bachelet, la primera directora de la recién nacida agencia de Naciones Unidas especializada en la mujer.

"Soy persistente y optimista", asegura Bachelet, 59 años, en su oficina de Nueva York, de la que hace apenas unos días que ha tomado posesión y cuyo equipo todavía navega por el edificio buscando sus mesas de trabajo. "Como directora ejecutiva tengo que trabajar y trabajaré con todos los países que integran ONU Mujeres y espero tener con todos ellos la mejor de las relaciones para conseguir que mejoren las condiciones de las mujeres en el mundo". Preguntada sobre si podrá denunciar a los países que no respetan los derechos de las mujeres, Bachelet se reitera en su argumento de la persistencia: "Poco a poco, en algunos avanzaremos más rápido, en otros más lento, pero avanzaremos".
Bachelet es en sí misma un ejemplo. Como primera presidenta de Chile rompió todas las barreras de género, aunque también acabó con algunas sociales y religiosas. Bachelet es madre soltera y agnóstica. Con esas credenciales llegó al poder de un país muy conservador, católico, que solo recientemente se dotó de una ley de divorcio y en cuyo ordenamiento jurídico no existe el aborto. Bachelet también sabe algo de la violencia que ejercen las dictaduras, la sufrió en primera persona en las cárceles de Pinochet, donde su padre perdió la vida. Pero reservada en cuanto a los sentimientos y consciente del peso que sus palabras pueden tener en la política nacional chilena presidida por el empresario Sebastián Piñera, Bachelet ?que abandonó el poder el año pasado con unos altos índices de popularidad solo ensombrecidos por la tragedia del terremoto? pide hablar solo de su nuevo reto en Naciones Unidas.
La actualidad abre y manda en la entrevista. En las calles de Egipto había hombres y mujeres reclamando libertad. "Lo que está sucediendo en el norte de África es una tremenda oportunidad para la causa de las mujeres", relata la directora. "De nuevo, tengo un razonable optimismo", prosigue. "En Túnez, de las tres comisiones que se han constituido para la reforma política, la revisión de la corrupción y el abuso de los derechos humanos, en cada una de ellas hay mujeres". "Es un buen comienzo, los más descreídos podrán pensar que mínimo, pero es importante porque las mujeres no se han quedado fuera del proceso". Bachelet recomienda acción, recomienda no dejar pasar las oportunidades ni escuchar a los profetas que dicen que ya llegarán tiempos en los que las mujeres puedan hacer oír sus voces. "El momento es ahora", recalca y pone como ejemplo que cuando la historia ha convencido a las mujeres de que esperasen su tiempo ha pasado sin frutos. "No estamos dispuestas a volver a la cocina", dice la directora de ONU Mujeres citando a una activista.
"Las mujeres son víctimas de violencia de todo tipo: doméstica, violaciones, abusos sexuales perpetrados como tácticas de guerra, matrimonios prematuros y mutilaciones genitales", informa. "En todo el mundo hay muchas sociedades que se enfrentan con uno u otro de esos problemas, hasta tal punto que si se tienen en cuenta las diferentes clases de violencia que pueden padecer las mujeres en algún momento de su vida, la proporción de víctimas alcanza un 76% de la población femenina mundial".
Ante este dato, su objetivo inmediato es romper "la inercia de la injusticia". "Las mujeres son prácticamente invisibles en muchos lugares", explica Bachelet, pediatra de profesión y primera mujer ?una vez más?, que accedió al frente del Ministerio de Defensa de su país. "Las mujeres son ciudadanas de segunda. Son vistas como gente que carece de derechos. Es una vergüenza para la humanidad que no puede seguir permitiéndose". ¿Cómo? ¿Cómo romper esa inercia? "Logrando que las mujeres tengan un lugar en la sociedad, para empezar que sean pagadas por su trabajo, si no tienen libertad económica no tendrán libertad".
De nuevo, Bachelet reconoce la inmensidad del desafío necesario. En algunos lugares se somete a las mujeres a violaciones sistemáticas ?como es el caso de Congo?, en otros se las mutila sexualmente ?como es el caso de la mal llamada ablación femenina practicada en países de África?. "Hay 140 millones de niñas en el mundo que han sido mutiladas, las tradiciones siguen siendo la principal barrera para erradicar esas prácticas", comunica. "Tengo una ardua tarea por delante, este escenario no puede cambiarse en dos o tres años, es imposible", dice la directora, que se define consciente de haber asumido un trabajo complejo y exigente. "Lo importante es oponerse eficazmente a las formas de violencia contra las mujeres, sin aceptar ninguna justificación basada en tradiciones".
"La señal para los Gobiernos es clara: la mujer debe de estar en el centro de sus agendas". "Por supuesto que no estamos cerca de ese objetivo pero si seguimos en esta vía llegaremos a destino". Una de las prioridades de Bachelet es "generar líderes" que apoyen a quienes luchan por avanzar en los derechos de las mujeres. Es, de nuevo, el caso de las revoluciones en el norte de África, donde las mujeres pueden hacer historia.
Hoy se cumplen cien años desde la primera vez que se celebró el Día de la Mujer. Entonces, solo en dos países las mujeres podían votar. "Hoy es un derecho casi universal. Hemos vivido un siglo de progreso", asegura Bachelet. "Pero hay que seguir trabajando para lograr un mundo mejor, donde los hombres y las mujeres tengan igualdad firmemente incorporada por el derecho a la paz, el desarrollo y la seguridad".
Inteligente, política sagaz y excelente negociadora, Bachelet no teme sucumbir a la burocracia de la ONU. Pero sabe de sus dificultades. Sabe que debe lograr buenos titulares para no caer en el olvido y que los cínicos tengan su día de regocijo. Con un presupuesto de 500 millones de dólares (357 millones de euros) de los que solo tiene en su poder un tercio, la directora de ONU Mujeres sabe que las donaciones de los países son las que mueven las agencias de la organización internacional. "ONU Mujeres ha heredado los recursos de los cuatro organismos de Naciones Unidas que se fusionaron para crear la nueva entidad", explica. España está a la cabeza de esas aportaciones, por delante de Noruega, con 33 millones.

MUJERES QUE TRABAJAN EN LAS MINAS

Hay una docena de mujeres empresarias mineras en el norte de Chile. Pirquineras hay menos. Y minas de mujeres, sólo una, la mina La Loica, en Tambillos. Ahí trabajan mujeres que se exponen a riesgos parecidos a los de los 33 mineros atrapados. Sólo que ellas son madres: de un brazo les cuelga un hijo y del otro, una picota.
Cuando lea estas páginas, Isabel Galleguillos (49) tendrá, en lugar de una revista, una gran roca filuda entre sus manos. La pondrá sobre “esa tierra bendita”, bajo el sol castigador de Tambillos, entre Ovalle y Andacollo, y con un martillo la partirá en dos. Las esquirlas le rebotarán en la frente y se le meterán por el escote. Apartará “el cobre bueno” de la piedra estéril y lo amontonará en una pila. Luego dejará caer un chuzo con todas sus fuerzas en la veta madre. Y tomará otra piedra. Y así seguirá, hurgando y machacando, hasta que el cobre quede desnudo al sol con resplandores amarillos, azules, morados y calipsos reflejados en sus pómulos morenos y brillantes.
Karen Villanueva (31), su compinche, con seguridad estará haciendo lo mismo en otro sector del tajo abierto. Andrea Vega (25) y Marlén Valdivia (24) estarán dando sus primeros picotazos y ayudando a ordenar las piedras más livianas. Son las cuatro mineras de la mina La Loica, una mina sólo de minas.
Pero no estarán sufriendo ni lamentándose de su destino. Todo lo contrario, lo hacen riendo y aprendiendo. Las motiva un entusiasmo especial. Todas son madres, separadas o solteras.
“El cobre bueno” lo cargarán en carretillas por un senderito, con ayuda de Pedro, el operario “para el trabajo bruto”. Lo verterán cerro abajo por una canaleta hasta juntar en un día una camionada de 12 toneladas: 400 a 800 mil pesos dependiendo de la ley. Cuando el sol se ponga rojo, Isabel soltará su trenza negra debajo del casco y dará la orden de bajar del cerro La Loica. Aún con las manos temblorosas por el esfuerzo, pasarán todas a recoger flores amarillas de alcaparra o de salvia para los floreros de sus casas. Y se despedirán hasta el otro día.
Apenas Isabel llega a su casa se cambia ropa. “Odio que me vean de obrera”, dice, y se pone falda y botas coquetas. En su living sin muebles tiene una mesita con un montón de piedras de cobre con distintos colores. En su patio tiene un cerrito de cobre de ley (una piedra casi pura que va directamente a la fundición), pendiente para moler. En su jardín hay adornos de sulfuro de cobre, cuarzo, andacollita. Cuando Krishna (9), la última de sus cuatro hijos, llega del colegio le da muchos besos y descansan juntas en el dormitorio, debajo de una repisa con piedras de cobre.
“El cobre bueno” lo cargarán en carretillas por un senderito, con ayuda de Pedro, el operario “para el trabajo bruto”. Lo verterán cerro abajo por una canaleta hasta juntar en un día una camionada de 12 toneladas: 400 a 800 mil pesos dependiendo de la ley. Cuando el sol se ponga rojo, Isabel soltará su trenza negra debajo del casco y dará la orden de bajar del cerro La Loica. Aún con las manos temblorosas por el esfuerzo, pasarán todas a recoger flores amarillas de alcaparra o de salvia para los floreros de sus casas. Y se despedirán hasta el otro día.
Apenas Isabel llega a su casa se cambia ropa. “Odio que me vean de obrera”, dice, y se pone falda y botas coquetas. En su living sin muebles tiene una mesita con un montón de piedras de cobre con distintos colores. En su patio tiene un cerrito de cobre de ley (una piedra casi pura que va directamente a la fundición), pendiente para moler. En su jardín hay adornos de sulfuro de cobre, cuarzo, andacollita. Cuando Krishna (9), la última de sus cuatro hijos, llega del colegio le da muchos besos y descansan juntas en el dormitorio, debajo de una repisa con piedras de cobre.
A las 21:00 hrs Isabel ve las noticias –o eso dice–, porque deja pasar todo, hasta el informe del tiempo, y sólo da un respingo cuando anuncian los indicadores económicos: el IGPA, el IPSA, el dólar y el precio del cobre. “¡El precio del cobre!”, grita y corre desde donde esté. Isabel calcula que por cada centavo de dólar que sube o baje la libra, ella recibe unos 2.000 pesos más o menos por tonelada.
Y el precio del cobre sube y baja todos los días. Se pega saltos de 40 centavos. O cae largos periodos. Es como un electrocardiograma emocional del norte. “Cuando pasa de un dólar la libra la gente sueña: se forman parejas, se prometen matrimonios y ¡ellas aceptan!”, dice Isabel, irónica. Si pasa de dos dólares piensan en otro hijo, el televisor viejo pasa a la cocina. Si roza los cuatro dólares, como ahora, hasta puede ser peligroso: en ese frenesí, trabajan hasta los enfermos, se reabren minas que deberían estar clausuradas, se producen derrumbes… y quedan 33 hombres atrapados.
Al revés, cuando el precio baja y baja, cunde la amargura. Muchas minas cierran, empiezan los despidos, pueblitos como Tambillos se vacían. Los hombres migran a las ciudades y las mujeres quedan solas. Si cae a menos de un dólar hay pesar y decepción: las huelgas se hacen eternas, los hombres se alcoholizan, les pegan a sus hijos y mujeres hasta matarlas. O matarse. El 1 de enero de 1998 el cobre cayó a 0,98 dólares la libra cuando el marido de Isabel, ebrio y enloquecido, intentó matarla con sus propias manos. –Ahí empezó todo –dice Isabel–. A veces la realidad tiene que ser peor que la pesadilla para despertar.
Doce años después, es decir, ahora, el cobre está a 3,5 dólares y en lugar de soñar con un hombre que le solucione la vida, está parada sola sobre su propio cerro de cobre. Su propia mina.
Mina devoradora de hombresNo es la primera ni la única mujer en el cobre. Hay una docena de mujeres empresarias mineras desde Arica hasta Ovalle. Pirquineras hay menos: Isabel y un par más. Y minas de mujeres, sólo ésta. Hace unos pocos años otra mujer de Andacollo que heredó una mina de su abuelo, intentó hacerla funcionar con cuatro mujeres: la Andacollita, se llamaba. Pero a los pocos meses María Angélica Lemus se quedó sola. Le robaron la maquinaria y fue demasiado duro y poco rentable para todas.
Le digo a Isabel: –Ojalá que a ustedes les vaya bien.
–Nada que ojalá. ¡Nos tiene que ir bien! Isabel nació en Tambillos. Medio pueblo comparte su apellido Galleguillos. Todos dedicados a la pequeña minería. Desde los 7
años, Isabel ayudaba a su padre a buscar cobre en el mismo cerro La Loica detrás de la casa.
–En ese tiempo se sacaba puro cobre de ley, pero una vez que lo sacaron todo, quedó el cerro lleno de hoyos.
Efectivamente el cerro entero tiene muchísimos túneles, como un queso suizo.
–Mi padre y mi abuelo nunca tuvieron una pertenencia minera –dice Isabel mientras subimos al cerro–. Siempre trabajaron a escondidas, por poquito, para otros. O para la Minera.
“La Minera” es la actual mina Tambillos con la que se fundó el pueblo hace 100 años. Es un yacimiento explotado hasta el cansancio que sigue funcionando gracias al alto precio del cobre. Un camionero me dice que no ha tenido grandes accidentes “porque Dios es grande” y cuando él entra, sale lo más rápido que puede.
Hace 25 años la compró el ex senador Francisco Javier Errázuriz. El año pasado la minera batió el record nacional con la huelga más larga de las últimas décadas: 6 meses. La gente de Tambillos evita trabajar en ella. Apenas pueden se van a otras compañías u ojalá al soñado Codelco. Además, muchos viejos están enfermos o silicóticos de tanto respirar sulfuro de cobre. Casi no hay hombres viejos en Tambillos. El abuelo de Isabel se retiró a los 60 años y murió a los 61 de silicosis. Juan Galleguillos, el hermano mayor que crió a Isabel, trabajó desde los 16 años en minera Tambillos y murió a los 42 de cáncer óseo. Mientras subimos a la cota 400 del cerro La Loica, donde está la pertenencia de Isabel, pasamos junto Tito García, un hombre viejo y solitario, cavando a picota un forado en el cerro. Saca un morral de piedras que vende a 20 mil pesos. –Está desahuciado– dice Isabel y sigue de largo como si fuera un leproso.
Me sorprende su indolencia.
–No me mire así… –me dice– hay muchos viejitos enfermos trabajando. Muchos…
De nuevo el alto precio: quien puede sube al cerro y rasguña las piedras hasta caer al ataúd.
Cuando llegamos a la mina de Isabel está la veta a la vista. Es una franja rocosa, como el relleno de una torta, entre dos inmensos bizcochos. Arriba palo –piedra estéril–, abajo palo. Al centro, la franja de 70 cm de espesor de cobre oscuro y verdoso, de unos dos mil metros de largo y una profundidad indefinida. Isabel tiene que hacer un camino de unos 700 metros para trabajar la veta. Para eso le va a servir el capital semilla de dos millones y medio que ganó del Fosis. Pero no le alcanza para topógrafo, así que lo hará al “ojímetro”. Con el resto adquirirá una perforadora para alivianar el trabajo manual. –Postularon 54 proyectos de minería. ¡El mío fue el único que ganó!– dice orgullosa.
La fugitiva
Isabel es presidenta del Sindicato de Pirquineros de Tambillos, tesorera del Comité de Agua Potable y ex presidenta del Centro de Padres de la Escuela Básica. Antes, no era nada. Dejó 8º básico a medio terminar y se puso a trabajar junto a su madre, que fue abandonada por su esposo minero. Sacó repollos o apio y despuntó claveles. Crió cabras en el cerro. Vendió leña. En la gran bonanza del cobre del año 80, con la libra a 2,8 dólares, se casó con el minero Pascual Galleguillos y las cosas fueron mejorando. Tuvo tres hijos: Ricardo, Carlos y Diego. Seis años después la bonanza acabó. El precio del cobre cayó hasta 0,78 centavos de dólar cuando empezaron los golpes, los maltratos, el alcohol y el abandono. Hasta que llegó el Año Nuevo de 1997 y Pascual casi la mata.
–Casi fui la víctima de femicidio– dice, y se pasa el dedo como un cuchillo por la garganta.
Dos días después, aprovechando que Carabineros había detenido a su marido, dijo a todos que se iba a Arica y partió a Los Andes con sus tres hijos. Vivió escondida seis años en una pieza sin muebles, trabajando de cocinera por el sueldo mínimo. Tuvo otra pareja momentánea en 2001 y nació Krishna. Tampoco resultó y regresó a Tambillos en 2004, con cuatro hijos. Los dos mayores, Ricardo y Carlos, abandonaron los estudios e ingresaron a “la Minera” a entregar sus pulmones. Diego, el menor, se salvó. Fue puntaje regional de la PSU y logró una beca para estudiar Agronomía, en Viña del Mar. Va en segundo año. Se le humedecen los ojos.
–¡Entonces usted dice que es muy sacrificado picar piedra para una mujer! ¡Todo lo otro sí que fue sacrificio! ¡Una mujer sola en el norte no vale nada! ¡Nada!
Concibió la idea de ella misma sacar cobre del cerro atrás de su casa, pero no a la mala, como sus abuelos y su padre.
–A los pirquineros los estafan. Les roban. Se aprovechan de su ignorancia. Todos les cortan la cola: el del camión, el que lo revende, el receptor de Enami. Al final no les dejan nada. Y empezó el trámite. Con su hijo Ricardo –de 29, quien ahora maneja maquinaria pesada y le financia el sueño– empezaron a recorrer a pie el cerro hasta que dieron con un par de yacimientos, pero tenían dueño. Un geomensor se compadeció y les prestó un mapa y un GPS.
Marcaron varios puntos donde pasaba la antigua veta. Y ¡bingo! Encontró un tramo sin dueño justo arriba de su casa. Y empezó a correr el plazo de 15 meses que da la ley para finiquitar un trámite kafkiano: fue cientos de veces a La Serena. Pidió audiencias con todos los seremis, con todos los alcaldes. Se amanecía cosechando claveles para cumplir su jornada y deambular al otro día de oficina en oficina, sin almuerzo, sin plata para la micro. Cualquiera se habría rendido.
–Por eso los pirquineros no lo hacen y venden su cobre a precios míseros. Incluso mucha gente que descubre una veta hace el trámite con abogados y consultoras. Luego venden el yacimiento y se van a medias. Obtienen cinco, diez millones –dice Isabel– y sería todo. Se lo gastan en un mes. Y un yacimiento como éste puede dar cinco millones en dos meses. Todos los hombres a quienes pidió consejo opinaban que no era tarea femenina. Le cerraron puertas. Le hicieron zancadillas. Las peores fueron las mujeres del pueblo: hasta inventaron escenas de celos por codearse con sus maridos y no con ellas. Finalmente, hace dos años, la eligieron presidenta del Sindicato de Pirquineros. Ahí está ahora ayudando a legalizar las explotaciones de sus colegas hombres.
–Saqué un título en todo el tejemaneje, dice sonriendo con su risa entre amarga y tímida.
Viene llegando de un curso en Enami sobre administración y mineralogía. Le falta hacer el curso de manejo de explosivos para tener un polvorín y aprender a conducir, porque está ahorrando para a tener un camión propio.
La veta femenina
En el acopio de Enami cercano a La Serena –donde tiene que ir siguiendo el camión para quenole cambien el cobre por otro demenor ley en el camino–, la conocen como La Regalona. Es la única pirquinera que entrega cobre en camionadas. Otro mujer lo hace en menorescala. Un administrador de Enami confiesa en Coquimbo, por teléfono, que no le tenía fe.
–No pensaba que le iba a resultar… pero después de 6 meses trayendo camionadas cobre… ¡Y del bueno! Se tuvo que comer sus palabras.
Isabel tuvo suerte con su veta. Su ley es de 2,5% de cobre, algo muy raro en estos tiempos.
–¿Por qué contrata a mujeres?– le pregunto sabiendo que iría más rápido con trabajadores hombres.
–Porque veo a la niñas de acá. Todas con los mismos problemas que yo pasé. Criando hijos solas. Quiero pagarles un sueldo digno, mejor que en las cosechas o en los claveles.
Piensa que pueden ganar 350 ó 400 mil pesos líquidos. Más incluso. Muy lejos del mínimo que pagan los empresarios de la zona a las mujeres. Karen Villanueva es otra mujer curtida, pícara y risueña. Está entusiasmada con la idea. Trabajó antes picando y moviendo material en otros pirquenes así que sabe de cobre y no le teme a la dureza de la piedra. Está sola y el menor de sus tres hijos tiene síndrome de Asperger. Andrea Vega es de Barrancas, un caserío cercano. Tuvo un hijo con su pololo que se fugó. Ha trabajado cosechando repollos y apio. Ya sube a la mina y aprende poco a poco. Marlén Valdivia es tímida y silenciosa. También es madre soltera. Es la única con cuarto medio. Fue cajera en un supermercado de Ovalle por 200 mil pesos al mes. No cree que picar roca sea lo suyo, pero quiere probar y, claro, ganar más dinero.
Isabel dice que si ella pudo, todas pueden. Quiere demostrar algo al mundo:
–Las mujeres se merecen un destino mejor. Un sueldo mejor. Compartir la riqueza de Chile, no sólo recibir las migajas que les da un hombre, por bueno que sea.
Isabel les enseña a Andrea y Marlén. Les dice que no le peguen a la piedras a lobruto.
–No pienses que es tu marido– dice Karen con un combo de 12 kilos volando por el aire.
–Tienes que ir buscando la grieta– dice Isabel.
Y mientras pica yremueverocas, haceuncomentario tétrico:
–A veces la veta se pierde. Los mineros pasan años cavando aquí y allá sin volver a encontrarla. Se vuelven locos.
Porque la veta, ese rellenodela torta,noes plano ni rectilíneo,toma cientos de formas bajo tierra, enredado como el pétalo de un clavel.
Todas quedan en silencio.
–Por eso es más pillería que nada –continúa Isabel–. Y observación.
Marlén no tiene fuerzas, pero tanto mover el pesado barreno en la grieta, logra arrancar al cerro su primera piedra calipso, reluciente. La pone contra el sol y brilla. Es cobre.
Texto: Roberto Farías

Investigarán el asesinato de Silvia Suppo como crimen por encargo
Escrito por data - la capital
Domingo, 12 de Junio de 2011

De confirmarse la hipótesis de que a la militante social de Rafaela Silvia Suppo la mataron porque había declarado en el juicio que condenó a la cárcel al ex juez federal Víctor Brusa y a media docena más de ex represores de la capital provincial, será el segundo caso en el país.
Una derivación escalofriante toda vez que demostraría que los condenados en juicios por lesa humanidad tienen también en la provincia de Santa Fe una capacidad y determinación homicidas todavía eficaces. De confirmarse la hipótesis de que a la militante social de Rafaela Silvia Suppo la mataron porque había declarado en el juicio que condenó a la cárcel al ex juez federal Víctor Brusa y a media docena más de ex represores de la capital provincial, será el segundo caso en el país. El anterior fue la desaparición de Julio López luego de su testimonio en el juicio que condenó en La Plata a Miguel Etchecolatz.
Perpetrado con ensañamiento, el crimen de Suppo (de 51 años), quien recibió 9 puñaladas en su comercio del centro de Rafaela el lunes 29 de marzo del año pasado por parte de dos jóvenes que supuestamente ingresaron para robar, es para el tribunal oral federal que los investiga un caso a abordar desde la hipótesis de una muerte por encargo.
Así lo resolvió en las últimas horas al anular el desdoblamiento de la investigación y ordenar al juez federal Reinaldo Rodríguez que profundice sobre las sospechas de la mencionada hipótesis según la cual la mujer fue atacada y muerta para evitar que vuelva a declarar en otro juicio de similares característica al de la causa Brusa (como iba a acontecer) y para amedrentar a otros posibles testigos.
En 1977, Silvia Suppo fue secuestrada y violada por los grupos de tareas de Santa Fe. Tenía 17 años. Como consecuencia de las violaciones quedó embarazada, y los represores le practicaron un aborto “para subsanar el error”. En 200l su testimonio fue clave para lograr la condena de un grupo de tareas y la de Brusa.
A los pocos meses de aquel testimonio fue asesinada. Desde entonces sus hijos y organismos de derechos humanos sospecharon del simple robo casual como móvil del crimen toda vez que, argumentan, tantas puñaladas buscaron asegurarse de que muriera más que neutralizarla para que no se interpusiera en la acción de saqueo que buscaron realizar los ladrones. Un robo se asienta en la idea de que un ladrón busca acceder y hacerse del botín en el menor tiempo posible para emprender raudamente la huida. Detenerse a apuñalar tantas veces a una mujer que difícilmente los hubiera podido reducir sola va en contra de la rapidez que reclama la eficacia en un robo, insisten los abogados querellantes, Lucila Puyol y Guillermo Munne.
Rodrigo Sosa y su primo Rodolfo Cóceres, detenidos y confesos de haberle robado 200 pesos y haberla asesinado de nueve puñaladas a Suppo, no serán juzgados hasta tanto el juez Rodríguez confirme o descarte la pista dada por un testigo de identidad reservada que atribuye el homicidio a un encargo para silenciar a la mujer en vista de otros juicios contra policías o militares en los iba a declarar.


"Ni Santas" "Ni Putas", mujeres protestan en Reforma - Mexicanas se unen a la "Marcha de las Putas" para exigir el respeto a la integridad femenina
Mexicanas atendieron la convocatoria de "La Marcha de las Putas" para exigir el respeto a la integridad y decisión en la forma de vestir.
La Marcha de las Putas es un movimiento encabezado por mujeres que nació en Canadá, después de que Michael Sanguinetti, oficial de Toronto , justificara los asaltos sexuales hacía las mujeres por vestir, según él, como "Putas". La movilización se replica en ciudades de todo el mundo, tal como Guatemala, Honduras, Salvador, París, y hoy en la Ciudad de México.
De acuerdo al Diario Milenio, miles de mujeres iniciaron esta tarde una movilización bajo la consigna"¡Ni santas! ¡Ni putas!”para exigir que no se les denigre por el simple hecho de vestir como les plazca.
Amas de casa, de mujeres profesionistas, de universitarias que en su paso por Paseo del Reforma hacia el Monumento a la Revolución lanzan una consigna: Alerta, alerta, marcha de las putas por toda América Latina”.
Con el lema “NO significa NO”, las mujeres rechazan la estigmatización por la forma de vestir, así como el acoso y la violencia. La convocatoria, que se realizó a través de las redes sociales, surgió como respuesta a la entrada del blog en Animal Político de Minerva Valenzuela, el pasado 12 de mayo.


The Associated Press
BOGOTA -- La periodista Jineth Bedoya anunció el martes que demandó al Estado colombiano ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), debido a la falta de una "exhaustiva y eficiente" investigación para castigar a los responsables de su secuestro y agresión sexual ocurridos hace 11 años.
Bedoya, actualmente subeditora judicial del diario El Tiempo, radicó la demanda a través de sus abogados, pertenecientes a la organización no gubernamental Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), quienes enviaron los documentos hasta Washington, sede de la CIDH de la Organización de Estados Americanos (OEA).
"Parece que en Colombia nadie nos quiere oír. La Fiscalía no ha sido diligente...no ha tomado decisiones, no sé porqué", dijo Bedoya en una conferencia de prensa, en un hotel de Bogotá, al anunciar la acción judicial en contra del Estado colombiano.
El abogado de Bedoya, Pedro Vaca, explicó que la decisión de recurrir a la CIDH se tomó porque no ha habido una investigación "exhaustiva y eficiente" en el caso de su representada.
Vaca dijo que con la acción esperan que se haga justicia deteniendo y castigando a los responsables del asalto a Bedoya y que no haya impunidad.
El 25 de mayo de 2000, cuando se desempeñaba como redactora judicial del diario El Espectador, Bedoya fue hasta la cárcel Modelo, en el occidente de Bogotá, para cumplir -según ha dicho ella- una cita periodística con un importante jefe paramilitar.
En el momento en que intentaba ingresar al penal fue abordada por varios hombres que la drogaron y que, según ella, la agredieron sexualmente y abandonaron en la noche en una calle de la ciudad de Villavicencio, capital del departamento de Meta, a 75 kilómetros al sureste de Bogotá.
En la rueda de prensa ante periodistas y activistas de derechos humanos, Bedoya relató que el pasado 5 de mayo, se reunió con el encarcelado jefe paramilitar con el que tenía la entrevista hace 11 años.
La comunicadora no quiso dar más detalles sobre ese encuentro, pero se sabe que el jefe paramilitar aludido es Mario Jaimes Mejía, alias "El Panadero", autor de varias masacres en el departamento de Santander, en el noreste del país.
La reunión entre Bedoya y Jaimes se realizó en una cárcel de la ciudad de Bucaramanga, 300 kilómetros al noreste de Bogotá.
Desde el 2 de junio de 2000, Bedoya cuenta con "medidas cautelares" o de protección ordenadas por la Comisión Interamericana, que dijo en ese entonces que a las puertas de la prisión, la periodista fue "encañonada, sedada y conducida a una casa cercana donde varios sujetos la amordazaron, golpearon y sometieron a tratos degradantes, tras lo cual fue abandonada en un sector despoblado".
La semana pasada trascendió una decisión de la Fiscalía en torno a que un general retirado de la Policía, Leonardo Gallego, fue vinculado preliminarmente al caso Bedoya y que en los próximos días será escuchado en diligencia de versión libre y espontánea. La Fiscalía no ha dado a conocer cuál sería la eventual responsabilidad del oficial.

Película sobre VIOLETA PARRA

Francisca Gavilán es la actriz que encarna a Vio

  "Violeta se fue a los cielos", la última obra del director, se estrenará el 11 de agosto en cines. Con asesoría de Ángel Parra, busca plasmar la vida íntima de la folclorista nacional.




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“Por eso escribía, para desenredar las madejas del alma, creo oírla. Donde tanto amor existió, hoy sólo vacío y desolación”, extracto del primer capítulo de “Violeta se fue a los cielos” de Ángel Parra.
Libro en que se basó la última película de Andrés Wood, que lleva nombre homónimo y que asegura plasmar fielmente la mirada del hijo sobre la vida de su madre.
Una madre amante del folklor, del arte y de los hombres. Recopiladora histórica de la lírica popular y al mismo tiempo artista eximia que incluso expuso en el Museo de Louvre, en Francia, la cinta busca revivir la vida íntima de esta chilena que logró ser parte de la historia nacional gracias a su canto.
La sexta película de Wood es protagonizada por Francisca Gavilán en el rol de Violeta, actriz que deslumbró a todo el equipo de producción desde el primer casting. “Ella es la película”, asegura el director, que en este proyecto audiovisual mezcla episodios bibliográficos con canciones que hicieron famosa mundialmente a la Parra.
Con estreno programado para el 11 de agosto en todo el país, la cinta presentada por Minera Escondida y operada por BHP Billiton, pretende rescatar el legado de Violeta y contribuir a que se la reconozca como patrimonio cultural de todos los chilenos.
-¿Cómo llega la idea de llevar la vida de Violeta Parra a la pantalla grande?
-Primero porque admiro a Violeta, lo que influyó mucho en las ganas de hacer la película. Es una figura tan importante y admirada, que es raro que nadie antes haya querido llevarla al cine. Luego leyendo el libro de Ángel me gustó mucho la visión tan personal que le dió, una óptica diferente que permite visualizar muy bien la película, y para la cual hemos trabajado de manera muy estrecha con él.
-Francisca Gavilán se parce mucho a la folclorista. ¿El casting fue muy difícil?
-Más que por el parecido físico, buscamos que a alguien tuviera las energías y potencia que suponemos tenía Violeta, porque aunque no la conocimos, sentimos que Francisca la tenía. Después nos enteramos que además ella cantaba, tenía conocimientos de música, y se acercó mucho a Ángel Parra y Silvio Urbina para aprender guitarra y encontrar esa clave que la hiciera inolvidable en pantalla.
-Esta es una película ambiciosa que tiene grabaciones en Chile, Argentina y Francia. ¿Se logra abarcar la historia de Violeta?
-Lo que vas sintiendo en el viaje por estos países y por su historia es lo grande que es Violeta Parra. Más allá de todo y de su trabajo de recopilación, a mí lo que más me gustó fue la travesía más interesante.
-¿Qué impacto tendrá en el público?
-Tengo la sensación que va a traer de vuelta a Violeta para los que no la tengan presente, y va ayudar a que la conozcan aquellos que no sabían nada de ella. Espero genere curiosidad por ver, leer y escuchar su obra.

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Para la película, véase Las trece rosas (película).
Monumento a las Trece Rosas, en el cementerio de la Almudena de Madrid.
Las Trece Rosas es el nombre colectivo que se le dio a un grupo de trece muchachas, algunas de ellas miembros de la JSU (Juventud Socialista Unificada), siete de ellas menores de edad (entonces establecida en 21 años), fusiladas por la represión de la dictadura del ejército franquista en Madrid, el 5 de agosto de 1939, poco después de finalizar la Guerra Civil Española.
Historia
Tras la ocupación de Madrid por el ejército franquista y el fin de la guerra, las Juventudes Socialistas Unificadas intentaron reorganizarse clandestinamente bajo la dirección de José Pena Brea, de 21 años. Tras el golpe de Estado del dictador Franco y el fin de la guerra, los dirigentes del PCE y las JSU habían abandonado España, dejando la organización en manos de militantes poco significados, los cuales esperaban pasar más desapercibidos. José Pena, secretario general del comité provincial de las JSU, fue detenido por una delación y obligado a dar, mediante torturas, todos los nombres que sabía y firmar una declaración preparada.
Roberto Conesa, policía infiltrado en la organización, colaboró también en la caída de la organización (Conesa fue posteriormente comisario de la Brigada Político-Social franquista y ocupó un cargo importante en la policía durante los primeros años de la democracia). La práctica totalidad de la organización clandestina cayó de este modo, sin apenas posibilidad de reorganización. La mayor parte de los detenidos aún no había tenido tiempo de integrarse en la organización clandestina o apenas acababan de hacerlo. A la captura de los militantes ayudó el hecho de que los ficheros de militantes del PCE y las JSU no habían podido ser destruidos, debido al golpe de Estado del coronel Casado, y fueron requisados por los militares franquistas al ocupar Madrid. Entre los detenidos se hallaban Las Trece Rosas, que fueron detenidas y conducidas primero a instalaciones policiales, donde fueron torturadas, y después a la cárcel de mujeres de Ventas, construida para 450 personas en la que se hacinaban unas 4000.
El 29 de julio, Isaac Gabaldón, comandante de la Guardia Civil, inspector de policía militar de la 1ª Región Militar y encargado del "Archivo de Masonería y Comunismo" (archivo que agrupaba los documentos recopilados por el ejército de Franco en su avance durante la guerra), su hija de 18 años y su chófer fueron asesinados en Talavera de la Reina, en un oscuro incidente del que fueron acusados tres militantes de las JSU. Como represalia, 56 jóvenes de las JSU encarcelados (en su mayor parte antes del asesinato), 43 hombres y 13 mujeres, conocidas como las Trece Rosas, fueron llevados a un simulacro de juicio ante un Tribunal Militar el 3 de agosto (expediente 30.426), acusados de reorganizar las JSU y el PCE para cometer actos delictivos contra el "orden social y jurídico de la nueva España", y condenados, por "adhesión a la rebelión", a pena de muerte. En la madrugada del 5 de agosto de 1939, junto a la tapia del cementerio de la Almudena de Madrid, a 500 metros de la prisión de Las Ventas, fueron fusilados los 56 miembros de las Juventudes Socialistas Unificadas, entre los que se encontraban las Trece Rosas.

Las Trece Rosas

Carmen Barrero Aguado (20 años, modista). Trabajaba desde los 12 años, tras la muerte de su padre, para ayudar a mantener a su familia, que contaba con 8 hermanos más, 4 menores que ella. Militante del PCE, tras la guerra, fue la responsable femenina del partido en Madrid. Fue detenida el 16 de mayo de 1939.
Martina Barroso García (24 años, modista). Al acabar la guerra empezó a participar en la organización de las JSU de Chamartín. Iba al abandonado frente de la Ciudad Universitaria a buscar armas y municiones (lo que estaba prohibido). Se conservan algunas de las cartas originales que escribió a su novio y a su familia desde la prisión.
Blanca Brisac Vázquez (29 años, pianista). La mayor de las trece. Tenía un hijo. No tenía ninguna militancia política. Era católica y votante de derechas. Fue detenida por relacionarse con un músico perteneciente al Partido Comunista. Escribió una carta a su hijo la madrugada del 5 de agosto de 1939, que le fue entregada por su familia (todos de derechas) 16 años después. La carta aun se conserva.
Pilar Bueno Ibáñez (27 años, modista). Al iniciarse la guerra se afilió al PCE y trabajó como voluntaria en las casas-cuna (donde se recogía a huérfanos y a hijos de milicianos que iban al frente). Fue nombrada secretaria de organización del radio Norte. Al acabar la guerra se encargó de la reorganización del PCE en ocho sectores de Madrid. Fue detenida el 16 de mayo de 1939.
Julia Conesa Conesa (19 años, modista). Nacida en Oviedo. Vivía en Madrid con su madre y sus dos hermanas. Se afilió a las JSU por las instalaciones deportivas que presentaban a finales de 1937 donde se ocupó de la monitorización de estas. Pronto se empleó como cobradora de tranvías, ya que su familia necesitaba dinero, y dejó el contacto con las JSU. Fue detenida en mayo de 1939 siendo denunciada por un compañero de su "novio". La detuvieron cosiendo en su casa.
Avelina García Casillas (19 años, activista). Militante de las JSU. Hija de un guardia civil viudo. Le mandaron una carta a su casa afirmando que sólo querían hacerle un interrogatorio ordinario. Se presentó de manera voluntaria, pero no regresó a su casa. Ingresó en prisión el 18 de mayo de 1939.
Elena Gil Olaya (20 años, activista). Ingresó en las JSU en 1937. Al acabar la guerra comenzó a trabajar en el grupo de Chamartín.
Virtudes González García (18 años, modista). Amiga de María del Carmen Cuesta (15 años, perteneciente a las JSU y superviviente de la prisión de Ventas). En 1936 se afilió a las JSU, donde conoció a Vicente Ollero, que terminó siendo su novio. Fue detenida el 16 de mayo de 1939 denunciada por un compañero suyo bajo tortura.
Ana López Gallego (21 años, modista). Militante de las JSU. Fue secretaria del radio de Chamartín durante la Guerra. Su novio, que también era comunista, le propuso irse a Francia, pero ella decidió quedarse con sus tres hermanos menores en Madrid. Fue detenida el 16 de mayo, pero no fue llevada a la cárcel de Ventas hasta el 6 de junio. Se cuenta que no murió en la primera descarga y que preguntó "¿Es que a mí no me matan?".
Joaquina López Laffite (23 años, secretaria). En septiembre de 1936 se afilió a las JSU. Se le encomendó la secretaría femenina del Comité Provincial clandestino. Fue denunciada por Severino Rodríguez (número dos en las JSU). La detuvieron el 18 de abril de 1939 en su casa, junto a sus hermanos. La llevaron a un chalet. La acusaron de ser comunista, pero ignoraban el cargo que ostentaba. Joaquina reconoció su militancia durante la guerra, pero no la actual. No fue conducida a Ventas hasta el 3 de junio, a pesar de ser de las primeras detenidas.
Dionisia Manzanero Salas (20 años, modista). Se afilió al Partido Comunista en abril de 1938 después de que un obús matara a su hermana y a unos chicos que jugaban en un descampado. Al acabar la guerra fue el enlace entre los dirigentes comunistas en Madrid. Fue detenida el 16 de mayo de 1939.
Victoria Muñoz García (18 años, activista). Se afilió con 15 años a las JSU. Pertenecía al grupo de Chamartín. Era la hermana de Gregorio Muñoz, responsable militar del grupo del sector de Chamartin de la Rosa. Llegó a Ventas el 6 de junio de 1939.
Luisa Rodríguez de la Fuente (18 años, sastre). Entró en las JSU en 1937 sin ocupar ningún cargo. Le propusieron crear un grupo, pero no había convencido aun a nadie más que a su primo cuando la detuvieron. Reconoció su militancia durante la guerra, pero no la actual. En abril la trasladaron a Ventas, siendo la primera de las Trece Rosas en entrar en la prisión.

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