ELENA CAFFARENA - Feminista Chilena

"Nosotras queríamos una organización de lucha para obtener las reivindicaciones que eran indispensables para terminar con la discriminación de las mujeres, especialmente con la jurídica...".
"Yo me convertí en luchadora social porque me identifico con mis hermanas, las mujeres. Y sobre todo, porque creo en la justicia… Me parece que algo hicimos, pero a ustedes les queda en herencia la mayor parte de esta tarea inconclusa".
(Elena Caffarena)


LOS CIEN AÑOS DE ELENA CAFFARENA

Elena Caffarena Morice, figura emblemática del feminismo chileno nació el 23 de marzo de 1903 en Iquique y murió a los cien años el 19 de julio de 2003, el día de la mujer de ese año fue muy homenajeada por el Gobierno y las organizaciones de mujeres. La abogada chilena fue figura clave en la obtención del sufragio femenino en Chile en 1949, pionera y líder en la lucha por los derechos de las mujeres y por los derechos humanos durante más de siete décadas.
"Soy feminista por vocación democrática", así definió siempre su compromiso con la causa de las mujeres. Un compromiso iniciado en sus años universitarios y que luego adquirió identidad con la aparición en 1935 del Movimiento Pro-Emancipación de la Mujer Chilena, donde Elena fue su Secretaria General por cinco años. De manera que la historia del MEMCH y la de Elena Caffarena son indesligables del proceso del feminismo chileno durante el siglo XX.

Defensora sin ambigüedades
Elena fue uno de los pilares de esta organización. "Nosotras queríamos una organización de lucha para obtener las reivindicaciones que eran indispensables para terminar con la discriminación de las mujeres, especialmente con la jurídica...".

En sus días de estudiante de Derecho, Elena se percató que las leyes mantenían a las mujeres como menores de edad y sujetas a la voluntad de padres y maridos. Fue una de las primeras quince mujeres abogadas que tuvo Chile. A lo largo de su carrera asumió defensas determinantes con relación a juicios de alimentos y sobre la capacidad de la mujer casada a disponer de sus bienes. El carácter de esta vanguardista mujer quedó en claro cuando lideró en los años 20 una protesta estudiantil que incluyó la ocupación de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile.
Fundadora en 1937 del Movimiento pro Emancipación de la Mujer chilena (Memch), tras el Primer Congreso de la Mujer chilena, una de sus luchas más legendarias fue por el voto femenino, que le llevó casi veinte años hasta que se aprobó la ley, en 1949. Elena Caffarena fue una de las redactoras del cuerpo legal pero, paradójicamente, no fue invitada a la ceremonia de promulgación por parte del entonces presidente Gabriel González Videla, celebrada con gran ostentación en el Teatro Municipal de Santiago. Tres días después del acto, González Videla dictó la Ley de Defensa de la Democracia, popularizada como "ley maldita", porque proscribió todas las actividades del Partido Comunista, y la líder feminista fue acusada de comunista, falsamente, pues nunca se afilió a partido alguno. Al igual que las y los miembros de ese partido, fue privada de sus derechos cívicos y electorales, lo que no le impidió desplegar numerosas acciones de defensa y solidaridad con quienes sufrieron una persecución más dura, con cárcel y relegación (exilio interno) en remotos poblados.
Las legendarias luchas que encabezó cristalizaron también en otras leyes, como el derecho a alimentos de toda mujer casada, todo ello en medio de ataques de los sectores conservadores, que calificaban sus proyectos como "pretensiones de un cerebro enfermizo y desquiciado". La igualdad de las mujeres en la educación, el trabajo, la protección maternal, el derecho a "casas-cuna" para las madres trabajadoras, desayuno escolar para los niños pobres y la plena participación política de las mujeres se cuentan entre sus conquistas.

"Yo me convertí en feminista porque soy femenina, porque me identifico con mis hermanas las mujeres. Y sobre todo porque creo en la Justicia", sentenció esta mujer de familia aristocrática, que octogenaria, en los años 80, dio todavía una batalla en defensa de los derechos humanos, durante la dictadura de Augusto Pinochet. Su casa de la calle Seminario, en el residencial barrio de Providencia, en Santiago de Chile, se convirtió en un lugar clandestino de reuniones de mujeres víctimas de la represión y fue una de las fundadoras del Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (Codepu). La entidad, convertida ahora en una corporación, se preocupa de la defensa jurídica, social y médica de los y las familiares de las víctimas de la dictadura y de quienes aún no logran cerrar las cicatrices de la cárcel y la tortura. Fuente: Agencias
Sus amplios conocimientos de las leyes y de su audacia para proponer cambios radicales en el Derecho, la convirtieron en una adelantada para su época. "Mis estudios de derecho me convencieron de la inferioridad legal de la mujer", por eso una de las causas que defendió más apasionadamente fue el derecho al sufragio para las mujeres. La primera propuesta de ley de sufragio la elaboró ella, pero esta demanda sólo se hizo realidad en 1949 durante el gobierno de Gabriel González Videla. La ceremonia de promulgación de la ley de sufragio femenino se llevó a cabo en el Teatro Municipal de Santiago, ceremonia a la que Elena Caffarena no fue invitada.

Injusto y arbitrario
Tres días después de este acontecimiento, el gobierno le suspendió sus derechos civiles. Fue acusada de "ser comunista" y de instigar a la sedición. La "Ley Maldita", como se la llamó, proscribía al Partido Comunista quitándoles a sus militantes el derecho al voto. Esta medida fue injusta, ya que nunca adherió a un partido. Si bien su marido Jorge Giles era un dirigente comunista conocido, Elena no lo siguió en esto. Años después diría que se trató de una venganza, "porque yo había participado en forma muy activa en la campaña para obtener la libertad de las mujeres que se encontraban detenidas en el campo de prisioneros de Pisagua".

El voto lo consiguieron las mujeres después de veinte años de duras y sacrificadas luchas
En los años ochenta, Elena Caffarena se vio obligada a desmentir la versión que otorgaba al Presidente González Videla el mérito de haber otorgado el voto a las mujeres. "Este aserto lo he leído varias veces y sería lamentable que pasara como verdad a la historia. El voto lo consiguieron las mujeres después de veinte años de duras y sacrificadas luchas. Don Gabriel lo único que hizo fue cumplir con el trámite constitucional de promulgación. El que éste se hiciera en el Teatro Municipal en solemne ceremonia, a la que no se invitó a las agrupaciones que más se habían sacrificado en las campañas, no puede convertirlo en el donante gracioso de esta sentida reivindicación femenina".

Queríamos una organización de lucha
De acuerdo a los estatutos del MEMCH, esta organización convocaba a todas las mujeres sin excepción que estuvieran convencidas de la necesidad de lograr su emancipación económica, jurídica, biológica y política. "Queríamos una organización de lucha". Decir que el Movimiento Pro Emancipación de las Mujeres Chilenas fue un elemento desencadenante para cambiar la conciencia de las mujeres, es poco. "La importancia del MEMCH residió en haber constituido la primera agrupación femenina político-reivindicativa que logró organización, masividad y continuidad en el devenir histórico", advierten historiadoras feministas.

La consigna central fue la organización, aspecto que tomó fuerza en 1940, cuando después de la realización del II Congreso Nacional del MEMCH, se constituyeron 42 comités a lo largo de todo el país. En este sentido, fue la primera agrupación de mujeres que basó su trabajo en la movilización masiva de las mujeres a través de la realización de actos públicos en grandes teatros de Santiago y el interior del país.

En la década de los cincuenta empezó el proceso de disolución del MEMCH. El auge de los partidos políticos llevó a muchas de las memchistas a optar por incorporarse a sus filas. Olga Poblete, otra de las figuras protagónicas de esos años y entrañable amiga de Elena Caffarena, al escribir la historia de esta organización, atribuyó esta disolución a "un factor interno de dispersión. La multiplicidad de frentes para la acción, capacidad organizativa y condiciones de liderazgo que tenían las memchistas, las llevaron a colaborar en muchas actividades. Ocurrió como la disgregación de una gran familia, cuyos frutos y semillas, fueron a enriquecer otros surcos".

En 1983, en plena dictadura, un grupo de mujeres profesionales y activistas de derechos humanos y feministas decidió agruparse para iniciar un proceso de constitución de un nuevo movimiento de mujeres. Este grupo tomó el nombre de MEMCH 83, como una forma de rendir homenaje a la histórica organización. El MEMCH 83 apareció en un momento en que la oposición al régimen militar comenzaba a gestarse de manera organizada y se mostraba en manifestaciones públicas. En diciembre del mismo año, mujeres profesionales, periodistas, artistas, escritoras, militantes políticas, agrupadas con el nombre de "Mujeres por la vida" convocan a un acto en el teatro Caupolicán de Santiago, bajo las consignas "Hoy y no mañana", "Por la vida", "La libertad tiene nombre de mujer". A esta convocatoria se suman integrantes del Memch 83.

Una parte de los preparativos de este acto se hizo en la casa de Elena Caffarena que, como en otras ocasiones, fue convertida en el centro de operaciones "con el peligro de que en cualquier momento vinieran a allanarnos", recordaba Olga Poblete. Al Caupolicán fueron cerca de 11 mil mujeres. "No dejamos entrar a hombres. Nosotras dijimos esta reunión va a ser exclusivamente de mujeres, y entonces los hombres que pudieron entrar fueron periodistas exclusivamente", contaba Elena.

Visión internacionalista
Como todo movimiento de avanzada, el MEMCH tuvo su periódico, La Mujer Nueva que apareció por primera vez en 1935 bajo la dirección de la periodista Marta Vergara. "El periódico no salía regularmente por falta de dinero".
Según Elena Caffarena, Marta Vergara tenía las ideas claras sobre el feminismo, "ella en realidad fue la que nos dio la orientación feminista”. Por su parte, Olga Poblete destacó que el MEMCH nunca abandonó el concepto dinámico de la interrelación entre el acontecer nacional y el internacional.
"Por las páginas de La Mujer Nueva, transcurre la vida del país, pero paralelamente a ella el curso de los sucesos mundiales: la guerra civil española y la solidaridad con los huérfanos coexisten con los artículos sobre las cárceles de mujeres en Chile, o el análisis del control de la natalidad; se escribe sobre el voto político para las chilenas y se informa acerca del feminismo en otros países".
Periódico de tono combativo y reivindicacionista, fue una tribuna para las campañas del MEMCH sobre el divorcio, el sufragio, la carestía de la vida, el analfabetismo, la anticoncepción y el aborto. "Nosotras estábamos porque se acabara la penalización del aborto. Pensábamos que el aborto debía hacerse en buenas condiciones médicas y hospitalarias para evitar precisamente la muerte de miles de mujeres", decía Elena Caffarena.
Aunque el MEMCH se disolvió en 1953, Elena Caffarena y Olga Poblete, su amiga de toda la vida, además de su biógrafa, se mantuvieron activas muchos años más. Olga murió en 1999, pero se dio el tiempo para escribir la historia de su amiga que, bajo el título "Una mujer. Elena Caffarena", fue publicada en 1993.
Fuentes:
(Mhoy). MEMCH. Para una historia del movimiento femenino en Chile. 1983. Santiago.Eltit ,Damiela. Crónica del sufragio femenino en Chile. 1994.
Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM), Santiago.
Poblete, Olga. Una Mujer. Elena Caffarena. 1993. Ediciones La Morada, Editorial Cuarto Propio. Santiago.
Portugal, Ana María. Chile: las feministas del 30. 1988. Revista VIVA, Centro de la Mujer Peruana "Flora Tristán", Lima.
Gaviola Edda, Giles, Ximena, Lopresti, Lorella, Rojas, Claudia. Queremos votar en las próximas elecciones. Historia del Movimiento Femenino Chileno. 1986. Coedición del Centro de Análisis y Difusión de la Condición de la Mujer, La Morada, Fempress/Ilet, Isis Internacional, Librería Lila, Pemsi, Centro de Estudios de la Mujer (CEM). Santiago.

0 Comments:

Post a Comment