GIOVANNA RIVERI - La mujer que cambió la ley en Chile

Giovanna Riveri es considerada en Chile como una de las gestoras del cambio fundamental de las leyes que penalizan el acoso sexual en su país.

Los ocho años de batallas legales en contra de sus antiguos jefes en el Instituto de Desarrollo Agropecuario -INDAP- culminaron con la tipificación como delito del hostigamiento sexual en el trabajo. La norma entró en vigor en marzo de 2005 y desde entonces las autoridades competentes han registrado un incremento importante en la cantidad de quejas.
Foto y fuente: BBC
De jefe a hostigador
Un estudio llevado a cabo en 1993 por la ONU concluyó que el 20 por ciento de las mujeres en Chile fueron objeto de acoso sexual en su lugar de trabajo. Hasta ahora, lo habían tenido que sufrir en silencio. El caso de Giovanna Riveri comenzó diez años atrás, cuando trabajaba para el INDAP. Según ella, en un principio, su jefe se mostró amigable y accesible. Pero poco después, indica, se empezó a pasar de la raya: la invitaba a cenar, a su domicilio y a pasar fines de semana en la playa. “Yo le dije que notaba que estaba interesado en mí y que no me gustaba. Dejé en claro que no estaba interesada. Me dijo que no era así y que yo estaba fantaseando”, le contó Riveri a la BBC. Sus compañeros de trabajo también empezaron a notar el inusual interés que tenía el jefe y pensaron que Giovanna estaba siendo acosada sexualmente. “Desde ese momento me empezaron a proteger y ponían obstáculos para que no se me acercara. Pero después de nuestra conversación, la situación empeoró”, recuerda Giovanna. Su jefe empezó a enviarle cartas al trabajo y a su casa, en los que expresaba sus deseos sexuales y la culpaba por haber hablado del tema.
De víctima a querellante
Giovanna decidió entonces poner una queja formal en el Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), donde explicó su caso y les mostró las cartas que su jefe le había enviado. La abogada, Pilar Oyarzún, y una psicóloga de la institución concluyeron que efectivamente estaba siendo víctima de hostigamiento sexual y así lo hizo saber a la jefatura del INDAP. Sin embargo, el jefe de su departamento respondió argumentando que lo que decía la empleada “no tenía sentido” y que ella era “una mujer muy nerviosa”.
Más tarde, fue despedida, un día que no pudo ir a trabajar pues estaba enferma. Sus jefes alegaron que nunca habían recibido una notificación de su enfermedad. Es allí cuando Giovanna Riveri lleva su reclamo a los tribunales, “para que el tema fuera público”. “Las posibilidades de ganar eran casi inexistentes, pero mi abogada y yo pensamos que sería conveniente que mi caso fuera conocido por el público”, señala. “Era un caso evidente de acoso sexual; sin embargo, no podía ser castigado pues no había una ley en Chile que dijera que el hostigamiento sexual en el trabajo era un delito”, dijo Giovanna.
Pilar Oyarzún, la abogada, se valió de un artículo de la legislación laboral que estipula que si un empleador no proporcionaba condiciones de trabajo óptimas, el empleado puede reclamar desempleo involuntario. El proceso judicial tomó ocho años. Giovanna Riveri finalmente ganó el caso cuando apeló a la Corte Suprema en abril de 2003. El máximo tribunal sentenció que fue víctima de acoso sexual y de despido injustificado.

PILAR OYARZUN Abogada que ganó el primer caso de Acoso Sexual en Chile
Fuente: Emol/05

Pilar Oyarzún, abogada especialista en minería, terminó defendiendo a mujeres acosadas sexualmente en los tribunales y con éxito. Su mundo está marcado por una necesidad intensa de vincularse con Isla de Pascua y todo lo alternativo, más allá de lo formal de su profesión. El acoso sexual es una realidad ajena y lejana a la minería, el área donde ella se desempeña como abogada asesora desde hace más de 20 años. Sin embargo, el relato de una mujer víctima de acoso la conmovió tanto que no sólo tomó su representación ad honorem, si no que recibió otros diez casos más que aún litiga en los tribunales.
A los 49 años, Pilar Oyarzún anota en su currículo ser la única abogado que ha conseguido, hasta ahora, un fallo favorable de la Corte Suprema en una denuncia de acoso sexual. La víctima, la socióloga Giovanna Riveri, acosada por su jefe directo en el Indap, debió, eso sí, sufrir sendas derrotas en primera y segunda instancia. El horizonte para las mujeres, principales afectadas por esta conducta, pareciera despejarse luego de que en marzo del 2005 se promulgara la ley que sanciona el acoso sexual y establece una serie de procedimientos a seguir tanto en el servicio público como en la empresa privada.
Ni la palabra vengadora, ni el término justiciera le acomodan al momento de definir el rol que, sin querer, ha jugado. “Vengadora en ningún caso… justiciera, depende de cómo se interprete. Sí es que encontré algunas herramientas jurídicas que ayudaron en un caso, perfecto”, dice.Pilar Oyarzún señala que el primer escollo para llevar adelante una denuncia es que las mujer den un paso al frente y decidan contar los que les sucede y luego, tomar acciones en contra del acosador. “Esto es una cuestión de confianza”, asegura. “Además, ellas saben que una vez que hablen, lo primero que va a pasar es que las van a criticar y, probablemente, el acusado contraatacará con una querella por injuria en los tribunales”, continúa.-
¿La mujer chilena sigue en una posición desmedrada frente al acoso sexual? “Creo que sí, este tema no pasa por la legislación, pasa por un cambio cultural. Las leyes ayudan a desarrollar debate, a que el tema se levante y abra; también a que las mujeres dejen de vivir esto como algo normal sin sanción, pero esto tiene que ver con el machismo, no sólo con el poder”.-
¿?“Sí, muchas veces el acoso se da entre pares, no entre un superior y su subalterno. Detrás del machismo hay una descalificación al ser femenino; cuando se trata de pares la única diferencia es que uno es hombre y otro, mujer. “Ahora, también hay casos donde el acoso se da entre dos mujeres y ahí, se trata de jerarquía”.-
¿Qué tan determinante es, a la hora de mantener silencio frente al acoso, que la mujer no lo identifique como tal? “Creo que las mujeres saben que el acoso no es normal, pero también pueden pensar que es costo que deben enfrentar, que es como una regla del juego en el mundo del trabajo.“Esto es como una reminiscencia del derecho a pernada de los señores feudales y, después de los latifundistas sobre las hijas de los inquilinos. Creo que eso se arrastra de una forma más moderna. “El acoso se verifica cuando la mujer responde que no, o sea, se molesta y se da cuenta que hay una amenaza a su desempeño; lo otro cae en el coqueteo o galantería que nadie quiere que termine”.-
¿Cuánto pesa el juicio social o el temor a perder el trabajo? “Eso es increíble, pero lo que es más increíble es que muchas veces el entorno femenino de la oficina se va en contra de esa mujer también. Algunas veces son solidarias, pero muchas otras la acusan: mira como anda con falda corta o la sonrisita.“Perder el trabajo también pesa”.-
¿Y sentirse la responsable, la culpable del acoso “Siempre hay una victimización, de que uno es la responsable… por eso, cuando una mujer decide hablar es porque su salud está en el suelo. Normalmente, cuando actúan el estrés y la depresión es tal que sienten que ya no tienen nada que perder, están demasiado mal”. En este punto, Pilar Oyarzún no puede dejar de emocionarse: “Hay casos terribles, mujeres que se han tratado de suicidar, el daño a la autoestima es tan grande, uno se va sintiendo tan poca cosa y uno disminuye frente al entorno, la familia, el marido”. La abogada reconoce que el silencio guardado frente a esta realidad se debe en gran parte a la actitud complaciente de muchos actores, incluido el sistema judicial. “Nuestro país es muy legalista y al no estar el acoso tipificado, las denuncias se perdían por cuestiones formales”.
Hablaste de machismo. ¿Hay una suerte de club de Toby, donde el acosador siente una suerte de respaldo de sus pares “De todas maneras. Tengo un caso donde una aseadora fue acosada por un director de la empresa y todo el directorio cerró filas tras él; el tema lo llevamos a la Inspección del Trabajo y sólo después de muchas cartas y de tanto molestar, conseguimos que el directorio investigara. La denuncia era tan evidente que no la pudieron soslayar, se comprobó y, finalmente, debieron emitir una carta sancionando al director”.-
En qué ayudará la nueva legislación? “Lo hará… se tiene que incorporar en el reglamento interno de toda empresa e institución la definición de acoso sexual y además, definir un procedimiento cuando se haga una denuncia que obliga al superior a investigar. Esto es importante porque hay ignorancia en el tema, muchos creen que acoso sexual es con manifestación física”.-En términos duros, que le corran mano a una mujer. “Que te corran mano o que te peguen un agarrón. Pero no, el acoso comprende el hostigamiento psicológico con llamadas, mails o solicitando que una se quede hasta más tarde en el trabajo. Cuando una sabe cuáles son las manifestaciones del acoso, lo pueden denunciar”. La abogada hace ver que un empresario o jefe de servicio no debería ver con malos ojos esta norma del derecho civil, porque ahora el acoso está tipificado como causal de despido, cuestión que libera al empleador del pago de la indemnización al momento de proceder. “Si hay un informe de la Inspección del Trabajo que acredita que la conducta denunciada constituye acoso sexual, se puede proceder al despido sin indemnización o a adoptar otras medidas como traslado”, aclara.La norma no tiene carácter penal, o sea, no hay pena de cárcel para el acosador. Pilar Oyarzún explica lo anterior indicando que la mayor parte de las víctimas lo único que desea es “una restitución de su dignidad” y que haya alguna sanción al culpable dentro de la empresa. Si quisiera, además, una indemnización tendría que seguir un juicio en los tribunales contra el acosador.-
Nos vamos a volver más perseguidos frente al halago? “No tenemos por que irnos al extremo; que haya respeto no significa que deba haber distancia, la relación de compañeros es perfectamente viable”.-
¿Puede esta ley dar pie a una suerte de extorsión de parte de un inferior para conseguir beneficios de parte del superior?“No hay nada en el mundo que impida que alguien haga mal uso de una ley, es parte del género humano, pero la norma contempla sanciones para la denuncia infundada”.-
¿La magnitud de los afectados hace que la víctima tenga cara de mujer? “Sí, son mucho más mujeres, pero también está el factor cultural, la incorporación de la mujer en el trabajo, está tomando posiciones. El acoso se da en todos los niveles, pero las denuncias las hacen más las profesionales”.-
¿Has recibido casos de hombres acosados por la jefa? “No, si me han llegado de mujer a mujer. La mujer puede ser un potencial acosador también”.

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