FDIM- Declaración de Bruselas - VILMA ESPIN GUILLOIS

FEDERACION DEMOCRÁTICA INTERNACIONAL DE MUJERES

Declaración de Bruselas
El Comité de Dirección de la FDIM, reunido durante los días 11,12 y 13 de junio de 2008, en Bruselas, Bélgica, dedicó por unanimidad su jornada de trabajo a la memoria de la destacada luchadora por los derechos y el avance de la mujer, Vilma Lucila Espín Guillois, quien fuera Presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas y Vicepresidenta de la FDIM.
Participaron 39 mujeres en representación de 25 organizaciones de 21 países de Asia, África, América Latina, Europa y Medio Oriente. En este marco se analizó el desarrollo y lo resultados del XIV Congreso de la FDIM, celebrado en Caracas, Venezuela en el mes de abril de 2007, se proyectaron acciones futuras a nivel regional y mundial y se debatieron ampliamente aspectos relacionados con el fortalecimiento político, ideológico y financiero de la organización. En el marco de los debates se constató como parte de la coyuntura internacional, la seria preocupación de las mujeres por la creciente agresividad del imperialismo que enfrenta hoy la humanidad, agravada por la globalización neoliberal y la carrera armamentista por parte de la Administración del Gobierno de los EEUU y sus aliados internacionales, lo que se expresa en las llamadas guerras preventivas, en los conflictos armados, intervenciones militares, desplazamientos forzosos, las profundas desigualdades sociales, la profundización de la feminización pobreza y la polarización de las riquezas, el saqueo de los recursos naturales, las relaciones de injusticia e inequidad, el aumento de la instalación de bases militares en todas las regiones del mundo, la degradación del medio ambiente, la política de rapiña y guerra que ha llevado a una crisis impredecible, de escamoteo de precios del petróleo, desempleo masivo y pobreza. Las participantes se pronunciaron por la construcción de la igualdad entre hombres y mujeres y por la eliminación de todas las formas de violencia y discriminación contra la mujer, incluida la prostitución, el tráfico y la trata de mujeres, niñas y niños, contra las políticas y programas de ajuste estructural del FMI, BM y OMC que afectan las políticas públicas en favor de la mujer, en especial en lo referido a la salud, derechos sexuales y reproductivos, la educación, el empleo y la seguridad social. Demandaron el retiro inmediato de las fuerzas de ocupación de Irak y las tropas militares de la región del Golfo, Asia y las Américas. La FDIM manifestó su solidaridad con Anna Sian Suu Kui de la Birmania. Expresaron una vez más la solidaridad con la justa causa del pueblo palestino y especialmente con sus mujeres, niñas y niños víctimas de la ocupación e hicieron patente la necesidad de apoyar a aquellas que se encuentran en prisión. Asimismo se pronunciaron por el apoyo y la defensa de la Revolución Bolivariana de Venezuela, y los procesos democráticos de Ecuador y Bolivia, que se encuentran amenazados por la política guerrerista e injerencista norteamericana, respaldando además a las mujeres que luchan junto a sus gobiernos democráticos por un futuro mejor para sus pueblos. Condenaron el bloque de los EEUU contra Cuba y la decisión reciente de la Corte de Atlanta, que ratificó las condenas de los 5 cubanos presos injustamente en cárceles norteamericanas por luchar contra el terrorismo, por la paz y la justicia social internacional y exigieron el otorgamiento de visas para las esposas de René y Gerardo. Hicieron patente su solidaridad con la Senadora colombiana Piedad Córdoba acusada por el Gobierno de Uribe por su participación y apoyo al acuerdo humanitario y la liberación de los rehenes por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. (FARC). Se manifestaron vehementemente contra el aumento de los precios de los alimentos en todo el mundo, debido a la especulación de los monopolios de la alimentación que tiene un impacto negativo para las mujeres de todo el mundo. Rechazaron todos los tratados contra los pueblos, incluidos el Acuerdo de Asociación Unión Europea-Centro América y el Tratado de Lisboa, dirigido a fortalecer la militarización, la dependencia del Gobierno de Estados Unidos y la eliminación de los derechos democráticos en nombre de la llamada “lucha contra el terrorismo”. Reafirmaron su compromiso con los derechos humanos de las mujeres y resuelven defenderlos en cualquier lugar del mundo donde sean pisoteados. Manifestaron la necesidad de unir fuerzas en la lucha contra el imperialismo y por una paz justa y duradera para todos los pueblos del mundo. Federación Democrática Internacional de Mujeres Bruselas, 13 de Junio 2008. Publicado por PCPE
VILMA ESPIN : LA MUJER NUEVA EN LA REVOLUCION Stella Calloni
La desaparición física de Vilma Lucila Espín Guillois, conocida por todos como Vilma Espín, dejó un vacío muy hondo en los movimientos de mujeres en el mundo, porque ella fue una de las grandes figuras históricas de la Revolución Cubana y un modelo de heroísmo, coherencia revolucionaria, solidaridad , humildad y amor a la humanidad. Vilma falleció en La Habana después de una larga enfermedad a los 77 años rodeada por el amor de su pueblo y su familia. Esposa de Raúl Castro Ruz, presidente en funciones de Cuba y comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Vilma Espín fue descripta por el Partido Comunista de su país como una “heroína de la de la clandestinidad, combatiente destacada del Ejército Rebelde e incansable luchadora por la emancipación de la mujer y la defensa de los derechos de la niñez.,” Nació en Santiago de Cuba el 7 de abril de 1930 y aunque pertenecía a una familia adinerada de Cuba, desde joven Vilma asumió posiciones políticas revolucionarias y después del golpe de Fulgencio Batista, en 1952 participó activamente en las manifestaciones y protestas estudiantiles contra la dictadura.Desde esos momentos colaboró con otro inolvidable héroe de la Revolución cubana, Frank País, quien fundó varias organizaciones de lucha. Vilma Espín integraba Acción Nacional Revolucionaria, cuando esta organización se unió al Movimiento 26 de julio surgido después del frustrado asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. “El asalto al Moncada” en 1953 liderado por Fidel Castro es considerado como el inicio de la revolución.En esos momentos difíciles Vilma puso su casa como refugio para los jóvenes revolucionarios perseguidos por la policía batistiana, y así logró salvar a muchos compañeros de una muerte brutal. En los tiempos en que el comandante Fidel Castro, su hermano Raúl y otros revolucionarios estaban exiliados en México, Vilma Espín viajó a ese país, para reunirse con ellos, recibir instrucciones y llevar mensajes para sus compañeros en su trabajo clandestino . El 30 de noviembre de 1956 participó con Frank País en el levantamiento armado en Santiago de Cuba, para apoyar a los expedicionarios del Granma. Otra vez su casa se convirtió en cuartel general del movimiento revolucionario en Santiago.Integró la Dirección Nacional del Movimiento 26 de julio y fue Coordinadora Provincial de la organización clandestina en Oriente. Estuvo al frente de estas tareas hasta que debió pasar a la clandestinidad absoluta bajo la persecución de la dictadura y se incorporó al ejército rebelde en junio de 1958 como delegada de la dirección nacional. Allí surgió la legendaria guerrillera del II Frente Oriental Frank País. También fue coordinadora del movimiento clandestino de Oriente y combatió junto a Raúl Castro y otros líderes revolucionarios. En 1959 al triunfo de la revolución Vilma- que durante su lucha clandestina utilizó los seudónimos de “Débora”, “Alicia”, “Mónica” y “Mariela”- se casó con Raúl Castro con quien tuvo cuatro hijos: Débora, Mariela, Nilsa y Alejandro. Había estudiado Ingeniería química y en los tiempos en que se preparaban nuevas etapas de la lucha de liberación fue a Estados Unidos, bajo orientación de la dirección del 26 de julio. Hizo un curso de postgrado en Estados Unidos en el Massachusetts Institute of Technology En los primeros tiempos de la Revolución en 1959, cuando realizaba innumerables tareas, a instancias de Fidel Castro unificó las organizaciones femeninas, creando la Federación de Mujeres Cubanas(FMC). Como presidenta de esa organización hasta su muerte, desempeño un trabajo extraordinario, cuyo ejemplo se extendió al mundo. Integró el Comité Central del Partido Cpmunista desde su fundación en 1965 y en 1980, en el Segundo Congreso del Partido, fue elegida como miembro suplente del Buró Político. En el tercer Congreso fue promovida a miembro efectivo de esa instancia, responsabilidad que desempeñó hasta 1991. Fue Diputada a la Asamblea Nacional desde su primera legislatura y miembro del Consejo de Estado desde su constitución.Vilma presidió la Comisión Nacional de Prevención y Atención Social, y la Comisión de la Niñez, la Juventud y la igualdad de derechos de la Mujer de la Asamblea Nacional del Poder Popular.Los momentos de gloria y dificultades de la lucha y la Revolución la encontraron junto a sus también heroicas compañeras, Haydeé Santamaría y Celia Sánchez Manduley, compañeras en las montañas y dirigentes invaluables del proceso revolucionario, que murieron en distintas circunstancias en 1980. La FMC se convirtió en la mayor organización femenina de masas, con más de cuatro millones de afiliadas, casi el 90 por ciento de las mujeres mayores de 14 años en todo el país y jugó papeles muy importantes en la lucha en defensa de Cuba revolucionaria y en el mundo. Esta pequeña biografía trazada a grandes rasgos nos muestra a una mujer extraordinaria cuya vida fue la revolución, entendida esta como una acción integral de y por la humanidad. La dialéctica de su pensamiento y acción es un espejo donde mirarse siempre, para ver esa mujer nueva que pudo engendrar, con tantos y tan maravillosos prismas. Para quienes la conocimos, aún cuando fuera muy fugazmente, ella era una mujer de extraordinaria sencillez, que nunca mencionaba su gloriosa vida de combatiente, que hablaba con especial dulzura y humildad y detrás de cuyos gestos se adivinaba una sólida cultura y una profunda humanidad. Cada reclamo de la humanidad la encontró siempre en el lugar preciso con su enorme sentido también revolucionario de la justicia. Vilma Espín trascendió su mundo y su país. Es a esta mujer que queremos recordar en un acto sencillo, profundo y solidario, como lo fue ella.

0 Comments:

Post a Comment